Ermita de San Sebastián y San Ildefonso

Ermita de estilo Barroco del siglo XVIII.
La Ermita de San Sebastián y San Ildefonso, de estilo mudéjar, se encuentra en las inmediaciones de Alcolea, junto al camino viejo de Ugiíar que hace de paseo entre inmensos y frondosos olivos centenarios. Su construcción data de 1702 a 1709 y el pequeño campanario de 1720. Está compuesta por una gran nave decorada con frescos que representan a los Santos Apóstoles y un hermoso camerino, y en la parte izquierda con otras dependencias, que en parte pudo ser casa del ermitaño y sacristía.
Su advocación fue a la Virgen del Mar y actualmente a Santa Rosa de Viterbo, patrona de Alcolea. Durante decenas de años ha estado en lamentable abandono y su conservación se ha visto gravemente dañada por las inclemencias del tiempo y el barbarismo, no obstante, en 1998 se han comenzado obras de restauración a cargo de una comisión creada al efecto por varios vecinos y el ayuntamiento de la localidad, esperando finalizarlas en breves años. La utilización de esta hermosa ermita, a parte del carácter religioso, será la de exposiciones, conferencias y todo tipo de actividad cultural, así como la creación de una biblioteca y punto de información turístico de toda la Alpujarra.

Situada cerca de la entrada de Alcolea, junto a la carretera, su planta es de cruz latina, con una sola nave y coro a los pies. La nave se cubre mediante una bóveda de medio cañón con lunetos, articulada a través de arcos fajones acabados en placas recortadas. La cabecera cuadrada ofrece la solución barroca del camarín, abierto mediante arco de medio punto. Muestra una habitación rectangular adherida al flanco izquierdo, así como pinturas en el interior, muy deterioradas. El aparejo exterior, simula grandes sillares, en una especie de esgrafiado. La portada de cantería, resalta ligeramente a los pies, abierta mediante arco de medio punto con grandes dovelas, y coronado por una cornisa, sobre la que se simula un frontón, también esgrafiado.

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Ermita de las Ánimas Benditas de Alcolea

En realidad la ermita se sitúa en el antiguo camino real que procedía de la costa y nos recuerda esa idea secular de sacralizar el espacio de entrada a las poblaciones y el permanente culto y recuerdo a los muertos en el Antiguo Régimen, creando una religiosidad popular muy marcada en el antiguo Reino de Granada.

La tradición se remonta al concilio de Trento y al reconocimiento del Pulgatorio como estadio intermedio al cielo, pero tras la intercesión de familiares y santos rezando por la salvación de las almas. La Virgen del Carmen será la intercesora y los devotos realizan ofrendas para que los parientes fallecidos puedan descansar en paz y salir del Purgatorio. Las ofrendas pueden ser en dinero, velas o flores, que crean un improvisado altar en torno a la imagen de la Virgen.
Esta ermita presenta la excepcionalidad de ser una de las mejor conservadas de la Alpujarra, pues otras han sufrido una lamentable remodelación que ha eliminado su sello tradicional.

Fuente :  Alpuguía

Lavadero Fuente de la Iglesia

La fuente mana sobre un abrevadero redondo y de allí vierte al anexo y alargado lavadero, una gran balsa rectangular, a cuyo alrededor se disponen las superficies de lavado, que si pudieran hablar nos trasladarían un montón de historias y vivencias paralelas al discurrir del agua y la dura faena del lavado. Desde allí el agua discurre a otras dos albercas escalonadas apoyadas en un peñón calizo.

Lavadero de Fuente Escalona

Volviendo a nuestra fuente-lavadero observamos como se concentran aquí las tres funcionalidades de este espacio: el pilón o pilar para abrevadero de los animales, la fuente para abastecimiento humano mediante los cántaros de transporte a las casas, y el lavadero de ropa.
En 2001 esta fuente-lavadero fue remodelada dentro de un proyecto acometido para espacios similares de la Alpujarra. Un cartel de carácter técnico nos informa de la rehabilitación, situándose enfrente y debajo de un edificio, lugar donde primitivamente estuvo situado el lavadero.
Inaguración del Lavadero. Año 1954

Ermita de San Expedito

Ejemplo de la religiosidad popular que pretende colocar pequeños puntos sagrados en las afueras de las localidades, con las intenciones de «sacralizar» el campo, purificar los caminos además de señales para los viandantes.

Ermita de planta rectangular, realizada en mampostería. Portada con arco de medio punto. Cubierta a dos aguas, de teja árabe. En el interior pequeño altar e imagen del santo.